Poesía en acción
  VUELVE
 

VUELVE
 
Debemos darle espacio a los recuerdos,
teniendo presente las horas de silencios.
Aquellos días nublados, la rutina del pueblo…
Pero sabiendo siempre que es lo verdadero.
 
Así,
me detengo un momento…
La noche aprieta candados en tu vereda,
pero esperas abiertas las persianas
y mi río loco camina por tus calles.
¡Espérame!
 
Miente la sombra ligera que me encuentra
vacío de nostalgias…
Pues te pienso.
Desafiando las viejas heridas de mi cuerpo: pienso.
Total florecen lavandas en mis manos que buscan aromarte…
 
Pero…
Miente la luna tinta en sangre
y la noche cabalga de azabache
 y en mis ojos se encienden auroras de otros ojos.
Pero en el cirio que apago con mis labios…estás tú.
 
Pero…
Miente el aroma del cabello,
 que al pasar por mi frente me contagia.
La luna embadurnada y confundida se arrima a mi ventana
y al envidiarte como hembra herida ladra…
 
¿Podré mirarte cuando vengas?
¿Habrá señales por vivir?
Entre mis manos llevo un pétalo mordido,
de flor del alba negada y sin morir…
¿Tiene sentido el viento?
¿La luna de tus ojos?
¿Y el rojo carmesí?
 
¡Volvamos a reír!
No te arrincones en espejos labrados,
 que te muestran trozada las imágenes.
Quiere la flor que te da vida.
Esa que conservas aún intacta y siempre bella.
Quiere la flor que salva la nobleza y
ese minuto azul que un día abandonaron en tu espalda…
 
Hay si pudiera encontrarte una mañana,
 bañada de rocío y tiritante…
Con mis besos dormidos despertarte
y cubrirte del hambre de mi cuerpo.
Hay si pudiera una mañana despertarme a espaldas de mi río
y  encontrarte…
 
Serían instantes de festejos,
 de batir de alas y de picos abiertos.
De aromar las manos con olivos nuevos,
De sentirnos jóvenes,
de sentirnos buenos…
De volar al cielo aunque sea en silencio.
 
Tendremos que  adaptarnos,
a ahuyentar pesares
y a apagar deseos.
A ir alquimistas inventando senderos
y a querer con los ojos
contra el vulgo al acecho…
Debemos crear esos momentos…
 
Y así…
Hoy he vuelto a pensar en vos…
En tus ideas.
He pensado en decirte lo que siento,
en darte primaveras en las alas.
Para ofrendar mi  amor a tus deseos.
Hoy es todo lo que pienso…
 
Debemos encontrar los nuevos vientos que alienten vuelos
y nos vuelvan cometas sin los miedos.
Para bebernos las nubes y los silencios…
Para gritar al mundo:
¡Que aún somos muy buenos!
¡Aun somos muy buenos!
 
Hoy se amotina la lluvia
Y se vuelve ríos en mi piel-te espero-
Y el rumor se cuela entre las casas.
Es un tropel que inunda y me taladra,
que muerde y despedaza…es un rumor…
 
Te cuento igual que sigo vivo…
Navegando estos días a veces me detengo
y en tus ojos de oro yo me duermo.
Me despierto y busco tus gaviotas,
que asaltan las sábanas necias de mis recuerdos…
 
No soy ajeno a este rocío que empapa las mañanas,
ni al estoico sonido de tu voz.
No, me presiento algarrobo más bien dulce,
esperando la mirada…el río en mis raíces
y en el arrobado intento esas mañanas…
 
Vuelta la sábana helada a los jardines
Pero el sol titilante de tus ojos abre.
En el muro apretujadas y dormidas
se refugian mis orquídeas…
Yo envuelto de tus fuegos me regreso…
 
No, no hay que renunciar al beso en la mañana,
al mate y al candor de una calandria…
Podemos ser ajenos a los silencios
y parcos en el andar pero muy buenos.
Debemos ser pájaros sin miedos…
 
Otra vez espero en este otoño.
Me reciclo y vuelo atardeceres,
 perfumado de rosas en el cielo.
Añorando el roce de tus besos…
 
¡Hoy me descubro austero pero franco!
Volando tras de ti pero sin prisa,
Siendo guía y quizás vuelto señuelo…
Para mi son los dardos de los dueños.
Hoy viajo tras de ti y sin regreso…
 
Iremos por la orilla descalzos y en silencio,
lamidos en los pies por la nostalgia.
Tu alondrado cabello con el viento
y en  los ojos la luz con oros viejos…
 
Espérame rosa dormida,
 que entre tus gráciles orlas quiero extasiar mis labios.
Ahora que el otoño necesita mi piel y
 me desgaja, quiero encontrarte.
Tu con la mano de niña….¡Solo espérame!
 
Me he vuelto pájaro
y por las noches vuelo para encontrarme.
Ya no guardo silencio pero me cuido.
Ayer en mi ventana aterido encontré  un beso
y sin decir nada lo llevo guardado en mi bolsillo.
 
Titilan las brasas de tus ojos en mi almohada
y no me olvido de aquellos cardenales nuestros.
Nunca podré olvidar aunque mi cuerpo,
se vuelva agónico escondido en los silencios.
 
No, no puedo detenerme ahora.
El otoño en mi frente agita sus verdades
y en la vera pinta sus naranjas y tu allí estás…
¡Aún estás!
 
Se que viajo en remolinos
Y aún porto el estandarte…
No me importa, nazco libre
y en el ocaso azul quiero encontrarte.
Entre velas y estambres, con las sábanas nuevas,
con mi diente fallido pero ya sin reservas…
 
Voy a buscarte
y en el camino deshojo rosas para verte.
Quizás te encuentre…
Necesito tu mano, tu sonrisa
Y ese hastío de vida que me dejes.
 
¿Podré un día despertarme en tu vereda?
¿Aromarme en malvones de tu piel?
Quizás pueda buscarte en los rincones,
 guiado del canto de tus pies…
Pueda ser que le pida a mis gorriones,
 ese tronar de auroras y de sed.
 
Hermoso día otoñal,
en las hojas que pintan de ocres las veredas
Me dejas enigmáticos mensajes…
Y te creo.
Me dejo envolver por el paisaje
y entre las  rosas, tus rosas lejanas sueño…
 
Podremos escalar en los misterios,
Cultivar tulipanes en los inviernos.
Untarnos de luna por las noches
y amanecer empapados de luceros…
¡Siempre podremos!
 
Hay un prado fértil, una nostalgia,
Una nota final y un buen recuerdo.
Un vientecito frío, una mirada,
un puente al corazón y una palabra…
¡Hay tantas esperanzas! ¡Tantas ganas!
 
Hay una rosa de terciopelo rojo flotando en mi universo
Y vuelo.
De los gajos azules se descuelgan mariposas,
yo escucho el sonido de tu risa.
Y en el universo se despliega el perfume de tu piel…
 
Llueve lentamente…
Gotas prístinas de cuarzo helado en mi ventana…
Pero hay fuego, abro mi pecho al sol,
a tu mirada y me dejo llevar por tus palabras.
Vuelvo a ti…
 
Estás allí con tu mirada mansa,
entre bronce y crema, entre luna y viento…
Pero estás allí.
Regresando a veces entre cardo y berro,
Llorando naranjas, floreciendo ceibos.
Siempre estas allí.
 
Se que estás  aguardando…
El otoño estira lenguajes de tiempos.
Yo abro flores de luces, metáforas que narcotizadas abren.
Y el frescor de tus besos se cuela en mi ventana…
 
 
¡Despierta!
 La llovizna erosiona los caminos…
Con la parsimonia del que está seguro de llegar…
Así me llegas.
Sensual y despreocupada,
Siempre ignota. ¡Pero libre!
 
Hay una luna fecunda en este cielo…
Yo traigo tus ojos dormitándose al embrujo de mis besos.
Quiero esculpir esa mirada,
Ahora en las rosas y en cada pájaro que vuela….
¡Aún hay tiempo!
 
Hermoso día! Aún titila el rocío en los rosales
Y la brisa aromada se cuela entre las casas.
Hoy un gorrioncillo enamorado,
 puede beber el azúcar de tus  labios…
Yo te pienso…
 
Hoy he vuelto a sentir esos llamados de urgencias,
De pasos apurados y de miedo…
Ya no hay rutinas cómodas, ni consejos certeros.
No, no…no hay.
 
Sos así, una tenue luz diamantina
 entrando en mis cuadernos.
Esa aurora vital que aunque dormida,
 entre flores de azucares me despierta…
Sos la voz, el trino y la armonía…
Y melindroso me libero.
 
Puedo entenderte,
liberar luces escondidas en tu frente.
Candelas que están pero no quieres
y aceptas que te muerdan las luciérnagas…
Si me cuentan quizás logre entenderte.
 
Despiértame una vez con ese pie desnudo…
Deja que la piel hable a la piel.
No, no digas nada cuando amanezca.
Permite que el amor hable al amor…
 
Quiero respirar tu aire y así orbitar ese universo
Que guardas en tu cielo.
Permíteme hurgar en tus océanos y
depositar un beso en tus barrancas…
deja la flor que en la noche hambrienta abra…
 
Todo es un comienzo,
 la vida, los días la historia del cielo…
A veces recojo las migajas de sueños,
 pero me consuelo.
Si trepo a tus ojos de candelas,
 pueblo mis noches de duelos….
 
Amanece.
 Ateridos y empapados del rocío mis pájaros regresan.
Te pienso.
 La aurora llega en tu mirada
y en la exquisita música de tus palabras.
Así trayéndote conmigo inicio un vuelo…
 
Me he sentado a recordar esos minutos…
De las manos y la piel buscando espejos.
De aquel diamante azul preso en tus labios
Y los ojos sedientos de milagros…
He pensado…
 
Será una mañana límpida de hojas,
Dibujando arabescos en el aire.
Con tu blusa poblando los rincones
y mi hambre brotando por mis dedos.
Con un grito feroz…pero sintiendo.
 
Así sin aderezos yo te veo,
con la cara lavada y sin esfuerzos.
Manteniendo segura esa armonía,
 que emana de tus pasos y de tus labios…
no me importa encontrarte sin  rouge de flores una mañana.
 
Suelo encontrar a menudo los senderos
Entre juncos y alamedas los encuentro.
Hay nostalgias en tus ojos moriscos y dormidos…
En el beso del día yo te veo.
 
No, no es solo adorar la luna,
Es el misterio.
Es ese gemir del universo,
De tus ojos llevándome a planetas escondidos
Y así adorar el aroma de tus playas…sin tenerlo.
 
 
Vuelve a dejarme tu aroma prisionero en mi piel…
Vuelve ahora a desear las horas blancas
 entre hogaza caliente de miradas.
Mirada ámbar tan ingenua pero…de sedienta espada…
 
 
Vuelve ahora extraño el delicado aroma de tus besos…
El aleteo menudo de tu voz.
Ahora que en bronce se anuncian las veredas…
¡Vuelve!
 
 
 
 

 
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