Poesía en acción
  VIDAS DE PÁJAROS -POESÍAS
 

 

VIDA DE PÁJAROS

 

 

 

¡Ven! Podemos encontrarnos en la fuente,

 

en ese arroyo audaz o en un barranco.

 

No importa si es la selva, el mar o es la montaña.

 

Donde quieras yo iré: ¡Tú solo ven!

 

 

 

Ahórrame volar hasta la cumbre,

 

ven a beber rocío de mis alas.

 

Con tu pico sediento bebe vida,

 

que yo trino por ti cada mañana.

 

 

 

Allí entre golondrinos de algodonados pechos,

 

brilla el cielo y el río bermejo cuenta historias

 

de otro tiempo.

 

Volemos descubriendo sendas y universos.

 

Plantando semillas y elaborando versos.

 

 

 

Ahorremos aliento mientras expiran las nubes,

 

esas que arrasan los vientos.

 

Déjame arroparte en el nido bueno,

 

con caracolitos y ágatas del cielo.

 

Ahorra silbidos y duérmete un ratito…

 

 

 

Puedo quedarme a tu lado picoteando silencios,

 

En las ramas más altas o  donde quieras.

 

 Robar frutillas de los huertos y traértelas,

 

zizagueando hierros…

 

Tú solo espérame un momento,

 

Solo espérame con los ojos abiertos.

 

 

 

Me vuelvo soldado custodiando amaneceres,

 

a veces príncipe, mago, pero siempre poeta,

 

encaramado en versos voy andando.

 

Pescador de estrellas por tus besos.

 

¿Sabes? Sé que vivimos en un cuento,

 

Página a página, escribiendo sueños…

 

 

 

Al atardecer hacemos un recuento,

 

Batir de alas, silbidos y ronroneos.

 

Vestimos el nido con plumajes sueltos

 

y aquellos panaderos que nos desliza el viento.

 

No importa la lluvia que asesina vuelos,

 

no importan mientras existan tus benditos besos.

 

 

 

Si un día alzas tu vuelo raudamente,

 

 te esperaré tranquilo, confiado en tu regreso.

 

No habrá migas de pan en el camino,

 

pero permanecerán las ondas de mis versos…

 

 

 

¿Porqué sigo alerta?

 

Parado en la puerta escucho las horas.

 

¿Qué cántico espero?

 

Inflamando el pecho reitero las voces de lejanos tiempos.

 

Sonidos bien dulces, caricias que elevo,

 

para que me quieras  aunque estemos lejos…

 

 

 

Sí, sabes que me esmero por encontrar el tiempo,

 

la brújula esquiva de mi cruel destino.

 

Por eso doy giros, corro, salto y vuelo,

 

gorrión pasajero entre tierra y cielo…

 

 

 

Me salpican de luna las hojas de los árboles

 

Y en mi cuerpo tu aroma navega sin cesar.

 

Por eso vas conmigo contabilizando estrellas,

 

por eso en cada instante te siento mas y más…

 

 

 

Sé de memoria el camino,

 

que entre nubes planeando encuentro.

 

A veces te veo allí en la torre elegante y digna,

 

vestida de gitana con la frente alta.

 

Y pliegos mis alas para darme el lujo de soñar contigo.

 

 

 

Son breves instantes lo sé, eternamente breves.

 

De candor y angustia, de blanco en cielo y en la noche negro.

 

Pero muy auténticos que si es un sueño, ya no me resisto.

 

 

 

Dejamos una estela tenue en el cielo azul.

 

Viajo a tu lado.

 

En las alas llevo el apuro de los años jóvenes

 

y en los ojos la lumbre de mi tiempo,

 

pero igual vuelo…

 

Al pasar planeando por volcanes me renuevo…

 

 

 

Hay un éxtasis en cada beso,

 

un construir ampliando el horizonte.

 

Siempre así sin medir momentos,

 

pues aunque me voy igual regreso.

 

Con  ímpetu descubriendo estrellas en tu pelo.

 

 

 

Descubriendo la simbiosis de ti y de mi,

 

imbuidos de placer al ser sinceros.

 

Y oigo el grito agónico que me invita a atrapar tus besos.

 

Y es la mano de nieve que me enmudece el pecho…

 

 

 

Ese jacarandá con ramilletes celestes nos recibe,

 

alfombra el parque y su aroma dulce nos envuelve.

 

Restregas tu nariz en mi y explotamos en risa,

 

luego ala con ala volamos al cenit.

 

 

 

Y así giramos y giramos revoleteando trigales y desiertos.

 

Yo ensayo una canción, tu un vuelo incierto.

 

Y aquellos, los Dioses indolentes con hilos de mi vida,

 

ensayan un concierto.

 

 

 

Atrás quedan aquellos viejos pesares.

 

¡Anda!, el cielo es mar y tuyo,

 

Fue el regalo de hoy…ya no viajes en punta de pies,

 

muestra tu encanto.

 

Yo en la lumbre cansina del sol me voy durmiendo…

 

 

 

Mis alas otoñales igual sostienen el arca enamorada de mi vida.

 

Pero el ojo dorado me persigue,

 

 me da un respiro pero vuelve.

 

Se que estoy en la mira del arquero,

 

 más no importa tu siempre logras rescatarme.

 

 

 

Porque en tus alas me cobijo,

 

Me duermo feliz y ya no corro.

 

Harto ya de esconderme me resisto

 

Y  expongo mis sueños al lebrero.

 

Total paloma mía nacimos pájaros,

 

y en vuelos de sueños podemos entendernos.

 

 

 

 

Gui.

 
  Hoy habia 67834 visitantes (185653 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!  
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis