Poesía en acción
  VICTORIAS PÍRRICAS-POESIAS
 
VICTORIAS PÍRRICAS


Puedo ver las victorias pírricas que enfrentas…
lejos de mi no son victorias.
Pero en tu mano  siempre irá mi mano,
para envolverte en  oros y en gloria…
Tan solo deja que mi flor bese tu lirio,
Para hacer así del duelo una victoria…

¡No mires atrás! ¡Escapa!¡Corre y vuela,
en la corriente adusta del verano!
No te olvides el amor, aún es necesario,
 ni la cruz ni mi libro,
por favor no vayas a olvidarlo.
Recuerda somos muchos en el  paisaje,
pero solo uno está esperando…

He pintado estelas en el cielo,
intento ser feliz y me conmuevo,
con el trigo cimbreante, con sus oros
o con el verde oliva de los montes…
Todo habla de vos y no lo escucho…
El ahora ya está y es verdadero.

Todo se vuelve vida cuando te tengo.
El árbol del amor crece en mi huerto.
Los días van y vienen y el futuro incierto,
la moneda va en el aire…
Y tus ojos de gacelos…
Esos ojos que en la noche me muerden…
Ojos de fuegos que se hincan en mi pecho.

¡Respira! Haz que la sangre circule,
 en tus jardines somnolientos…
Vuelve a reír mostrándome el camino.
Triunfa sobre lo ruin de sentimientos viejos…
¡Y vente a mis playas a disfrutar mis versos!

Quiero estar allí en la rompiente,
salpicado en sales de silicio.
Danzando entre gaviotas peregrinas,
y tu mano en mi mano sin pensarlo…
Ver caer el sol, seguir tu estela
y al mirar los carbones de tus ojos,
 sentir de tus labios sus diamelas…


Mis ojos descubren las huellas de tus pies descalzos…
Pero si vuelas suelo descubrir en el aire,
el sutil aroma de tu pelo…
Pero tu voz dormida…
¿Dime donde la encuentro?

Se que a veces vuelo demasiado
y que mis frágiles alas no son aptas para el vuelo…
Pero insisto, planeo, me derriban e igual sigo…
Me construí así: Tonto y ciego.
Pero en un camino se que te encuentro…

Puedo dibujar tu cara en la penumbra,
encendiendo carbones puedo hacerlo.
Traerte entre naranjos y durazneros,
atrapando esa sonrisa en mis cuadernos.
Y que me alumbren las noches…
Y me den  vida en el silencio…

No importa lo que quiera…
Igual alumbran candelas por las  noches.
No se quiebran arcoiris por un llanto
Ni el colibrí abandonará la rosa.
Es vida que avanza entre planetas que
mudos agonizan en tu falda…

Voy a encontrarte una mañana,
sé que voy a encontrarte imbuida de eneros
y de  glicinas pregonando eternas libertades.
Yo llevaré en mis  labios un poema,
 una risa ligera y mi paso apurado…
así sin más demoras voy a encontrarte…

Si me preguntas…aún creo en el amor.
En ese sentir que no estés donde te encuentro,
en las vanas esperas olvidando el tiempo.
Aprender a callar acerando los dedos,
mientras invento metáforas que mueren sin recuerdos…
Aún creo en el amor y en tus benditos besos…

Tenemos aún momentos esperando en los cuadernos
con el ojo del águila atravesar otoños.
Hacer de ese monte indígena un notable encuentro.
Atrapar mariposas…y en el prístino enero,
volvernos amantes, agua y viento.


Apela a la ternura cuando veas
 que no encuentro el camino a tus silencios.
Háblale de mí, de esas locuras que invento
 para robarte  un pétalo y un beso.
Dile que vuelo en el azul del cielo,
que canto y bebo brisa
Y que no hay pesar alguno cuando tu lirio encuentro…
Que me vuelvo calandria cuando rondas mis sueños.

Hoy salpiqué mi vida con tu sonrisa
y en mi cara se quedan cual miguitas de luz.
Fue  un instante muy cierto, de divinas palabras,
de flores en los labios y el rumor de tu voz…
Hoy vuelvo a ser eterno, a tener corazón.

Ayúdame a encontrarme entre la gente.
No quiero huir de los recuerdos, igual son perlas
engarzadas que vuelven tan vivos los  silencios…..
Ayúdame a encontrarme con los sueños…
Esos felices que até con tu pañuelo.

Déjame quedarme en tus orillas un momento.
Ahora que respiro tus  entusiasmados sueños.
Déjame empaparme con la  miel de tus besos
e intoxicarme con tus néctares nuevos…

Déjame explorar la playa aún dormida,
Escóndeme en tu vientre de anaconda y espera.
Brilla el sudor y se condensa cual diamantes
genuinos en tus senos.
Y ellos en mi apuro de ser y en mi hambre de cuarzo
replican tu belleza.
Déjame explorar…

Aún en mi necedad espero las respuestas,
del volver a reír, de tus sonrisas…
De alimentar al tiempo con mí sangre
y detener las horas y las prisas.
Aún me siento tu poeta aunque mis versos
ya no  alienten palomas con su brisa…

No, no pidas olvidar…pides mi vida.
Glorioso es el momento y somos eso:
Un puñado de luz un gran misterio.
No me pidas dejar esto tan nuestro,
que llegó clandestino y vive en nuestro cuerpo.

Puedo luchar mis cien batallas,
Tan solo con mis flores y con palabras.
¿A eso tienes miedo?
¿A este amor que se queda quietito en tu ventanas?
¿O es a ti que temes?
¿A tus ansias?
¿A perderte en mis brazos una mañana?

¡Que apasionante ternura!
Cuantos miedos e ilusiones!
¡Que desenfreno rítmico de vida y de cariño!
Fue una rosa la noche y nosotros la locura
Y en el aire el amor en su primera cita…

El vientecito matinal sacude airoso los harapos
de mis sueños y el jazminero alegre me invita a seguir.
Intuye que me quieres, le da un verbo al recuerdo
y aroma así tus besos.
Tus enigmáticos y devoradores besos.

¿Quien podrá quitarnos esa flor?
¿Quien se atreve?
¿Que mercenario del amor ronda mi puerta?
¿Y a quien el hambre enfurecido,
 le da  flores de cardos para aliviar las penas?
¿A quien?

Vamos recuéstate en mi hombro
y descansa un segundo.
Afuera amaina la tormenta,
los pájaros vuelven a ensayar
sus vuelos y la tierra aliviada suspira vahos aromados
y en mis manos tus semillas abren…

Es una línea fina y por el pretil,
 como un equilibrista camino.
Así construyo mi universo,
buscándote en planetas escondidos.
A veces  tenso la cuerda del destino y ruedo…
Pero siempre estás allí para atraparme…


Me gusta cuando escribes ahondando en el paisaje.
En el instante azul que me recuerdas
y le das color a las ideas.
Las vistes con primor y dejas
que el verano se cuele en tus arenas…

No importa que cierren la puerta a mis Nereidas,
Que le quiten la voz o que la ignoren…
Con mis versos horadaré la pared de las entrañas
y así un beso fresco te daré por las mañanas.
Un beso-flor que llegue hasta tu alma.

Seremos así eternas marionetas pendulantes,
pero viviendo igual…
Con la ternura alada un año o un instante.
Que al momento de vernos, corre algo que de soles se viste
y con lumbre se duerme…
Se que estas allí para alumbrarme.


Quizás un día te vea pasar por mi vereda…
Quizás sonrías con esa boca fresca.
Quizás te mire e incline mi cabeza,
disimulando lo que  mis ojos piensan…
Pero olvidarte…
No quiero; aunque pasees con otro en mi vereda.

Yo estoy aquí respirando veranos…
Atando margaritas y susurrando.
Me siguen donde voy tus primaveras…
¿Como olvidarlas si voy con ellas?
¡Al olvido o al sueño sigo con ellas!

Acepta la bondad y apaga el fuego.
No hay eternas banderas ni trasnochados sueños.
Pero tu mereces el descanso,
la sonrisa gentil y el brazo humano…
Quiero verte brillante entre el naufragio,
con besos colibríes en tu regazo .

Adoro esas golondrinas,
 que en picadas se atreven a mirarme.
No, no hay temor y ríen.
El río, mi río se eriza con su risa,
 Luego se enfada y corre tras su vuelo
En vano intento…
Así voy persiguiendo esos increíbles
y acrobáticos vuelos…

¡Despierta poeta!
Háblame de ese amor que te dejó un pétalo
De rosa en tu puerta.
De esas noches de luna, de las esperas
y las urgencias…
Háblame poeta de ese miedo a olvidar,
de ese sol en el río multiplicando imperceptibles estrellas…´

Es el río sereno que trae la magia
y la noche el manto encantado para mi.
Titilan las luces en tus ojos tiernos
y recreo el hambre de besos en tu boca…
De notas de guitarra, de anuncios
 y de urgencias y de frenesí…

Me reconozco aún entero, con coraje sobrante
en mi cuerpo, alegre y vivo…pero bohemio.
Romántico hasta el hartazgo, sin remedio…
Pateando viejos mundos y atizando sueños…
Me reconozco bueno y solidario.


Voy si perenne e inmortal, ya no caduco
en lo que siento.
No hay pasos apagados ni furtivos.
 Es tiempo de misterios que duermen en los libros
y como duendes me invitan a buscarte…
Me ayudan a empezar…


Cada día que pasa descubro en vos un color nuevo,
una flama índiga o fucsia.
Un pétalo arrobado que me da tu flor y me vuelvo libre,
Me haces poeta por esa mirada,
eso tan simple de escuchar  tu voz.


He ganado batallas contra el tiempo,
lides que a la razón dieron pelea.
Y cedieron las penas que en mi cuerpo,
 dejando cicatrices de  tormentas.
Más no pude ganar las que quisiera
y siempre vuelvo a buscar pelea…
Con un libro en la mano y una idea.
¡Un milagro hecho verso y una notable idea!


Estoy contigo en ese lugar que das a los deseos.
Privando libertades, aún negado: ¡Pero existo!
Como un rayo maldito colado entre tus venas
o un eterno misterio.
¡Incrustado en tu vientre aunque te mientas vivo!

Sé lo que quieres decirme y no lo dices.
Ahorremos palabras, ahora tus ojos están sedientos
y me detengo.
Mis caballos apuran pero es lento el viaje,
la noche me empapa sin lamentos….
Y en el segundo avieso me retiro,
saboreando el látigo del beso.


No confundas más a las estrellas,
admira el cielo e inúndate de paz,
 que aún lo nuestro es bello.
Es tocar esa nube de plata con los dedos,
sin pedirle permiso al universo.
Es volar y gritar sabiéndonos tan imperfectos…
Apela a esa metáfora de que la vida es un cuento,
y que vamos gozando de minutos eternos…
Por geranios en las  manos, una canción,
una verdad y un rezo.
Pero pon un “no me olvides” en tus pasos ligeros.


Gui.





 
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