Poesía en acción
  TENDER PUENTES DE LUZ
 

TENDER PUENTES DE LUZ

 

Y me dejo llevar por la mañana…
Las caricias del sol, el mate y el recuerdo.

No, no necesito ahondar: estás presente.

¡Sin dolo y sin culpa: estás presente!

A veces en el rocío o en el silencio,

en las  voces del parque y en mis sueños.

No importa si te alejas o me pierdo…

En mi boca, mis manos y en cada beso: ¡estás presente! 

 

Ahórrame silencios….hay luces en el río que no duerme.

Igual me desespero pero sigo procurando ahuyentar mis miedos.

Mañanas sin auroras? Y flores sin aromas? ¡No, no las veo!

Estando tú siempre habrá eternas mariposas

¡Y sobre el río las escamas brillantes de mi aurora!

 

 

¿Se ha eclipsado mi estrella?

¿Vuelve mi nenúfar al fango?

 ¿En tu pecho han muerto mis nereidas?

¿O es solo la ilusión que ante los ojos se vuelven estériles mis crisálidas?

No me importa. No me importa, suelo ganarle al temor y a la nostalgia.

Y al azul, azul y al alma, alma.

 

 

Busco un color nuevo…una idea.

Una flor erguida en la distancia.

Esa aroma y sabor de aquella sábana, todo impregnado de ti…

Así regreso.

Los pasos encantados, la piel clara y mis besos agónicos en tu garganta.

Ese color nuevo busco…

Mi flor de acacia.

 

 

¡Que cálida sonrisa!

¡Que donaire!

Siempre al ir a buscarte pienso…

por el camino acelera mi corazón,

mi nívea estrella y me estremezco.

Impregnado de azucares me vuelvo,

De aromas y sueños,

Y fundamentalmente:

De esos tibios besos.

 

 

Cada noche abro un nuevo pétalo y me sorprendo.

Hay un delicado sabor en esas células.

Un sabor que impregna mis sentidos

Y  me dejo llevar a sus orillas,

A sus cielos, sus flores…

Dondequiera que ella me dirija.

Allí yo vuelo!

Pájaro viajero, viento.

¡Me atrapa, me seduce y luego….me libero!

 

 

Ahora comienzo a buscar tus ojos.

Lo prístino de ti en tu mirada.

Me importa tu  sonrisa, los corales que se enhebran en tu boca grana.

Y en cada cita-ella-es una rosa nueva.

Así te encuentro…mujer y rosa.

¡ Así te encuentro niña galana!

 

 

Necesito la vigencia,

el eterno viaje de quererte.

Tus auroras y aquellas madreselvas

 que aroman tu vientre en el silencio.

Quiero estar en las noches y

 en tu pelo y en cada una de tus perlas nuevas.

Y si me dejas saborear esas:

¡Tus más dulces primaveras!

 

 

Necesito encontrar esa sonrisa,

Ese aliento de paz y aquel misterio…

La alegría que muerde y al partir me da la vida.

Despierta mis instintos…mis recuerdos…

Germinando esos duraznos nuevos.

Y mis manos regresan tus latidos

Y a mi pecho el reloj de mis sentidos.

 

 

He mordido los labios más queridos…

Ahora llueve lentamente.

¿Donde estas? ¿Por qué caminos?

Aún siento en la piel los latigazos,

Esa electricidad que ignora mis defensas

 y se cuela libre por mi cuerpo.

 ¡Y allí estas! ¡Anidándome por las mañanas!

 

 

Entonces las miradas hablan por nosotros.

Nos pueblan los silencios, las distancias y los credos,  

pero nos pertenecemos con hambre de querernos.

Disfrutando las células, los lirios y cada uno de los pimpollos nuevos.

Sin importarnos luego, los vientos de regreso…

Guardando los aromas de esos prohibidos besos.

 

Mis vincas florecen y entre las durantes

 se escurren los botones alados.

Todo es verdadero.  Efímero pero cierto.

Marca el ritmo infinito de la vida…del amor.

Así es tu universo. Con nacimientos y sueños,

Con ansias contenidas prontas a florecer.

Yo, solo soy testigo de tus ansias, de tus sueños,

De ese recién nacido universo.

 

 

¡Que lindo momento recordar!

Ante mi tu espejismo,

 Como bandadas de tordos musicales,

 elevando remolinos bullangueros al cenit.

Yo de pie. En las manos tus manos de arco iris

 y a lo lejos murmullos de las siembras.

En la mesa una hogaza caliente…

Y en el pecho las ganas de querer…

 

 

Igual sigo así, recorriendo dunas y desiertos-siempre te encuentro.

Entre laureles mustios, marcelas danzarinas y lunas citadinas-

Siempre te encuentro.

Aromando naves que en el río duermen.

A veces…llueven pajaritos en tu pelo bueno…

Y en eso me encuentro.

¡Por fin me encuentro!

 

 

Si, hoy me doy cuenta de la fuente que escondida en el monte me alimenta.

De los días sin tiempo y esos, tus pies descalzos entre mis labios…

¡Me declaro feliz! ¡Hambriento y sano!

Y entonces me doy cuenta que a mi noche aún le faltan tus lunas y tus luceros.

 

 

Hoy me doy cuenta de la vida que pasa…

De la hierba que crece en mis manos, del jazmín de tu boca.

¡Nadie me advirtió que era tan bella!

Con tu mano en mi mano, soñarnos primaveras en veranos…

Siendo libres y auténticos. ¡Siempre libres!

 

 

¡Es magia! Es tender puentes de luz entre la gente!

Sus ojos inauguran el día en la ventana.

Y yo bebo libertad por sus pupilas.

Es embrujo el querer y es primavera,

Saber que estas por mi y yo en tu espera.

¡Es magia si! ¡El oro de tu piel y mis nereidas!

 

 

 

Llega la noche mansamente…

con carbones nuevos se tiñe el cielo.

Ya no vendrá pero la espero.

El río refleja lo que siento

y como un perro me lame en sus orillas.

Me creo indígena total, con mil misterios.

Ahora me contemplo y veo que es:

Ella -la noche-, y yo su prisionero.


 gui.

 

 

 
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