Poesía en acción
  URGENTE-POESÍAS
 

 

URGENTE-POESIAS

 

 

 

 

 

Urgente! Ahora corre!

 

¡Quiero saber que tienes prisa en ser feliz!

 

Ya por el camino llegan bandadas de jilgueros:

 

¡Vuela con ellos!

 

Salta el muro y luego recuéstate en mi almohada.

 

¡Necesito verte feliz!

 

 

 

¡No esperes que el viento nos arrase!

 

Juntos podremos abanicarlo.

 

Quizás construyamos con ganas nuevos ríos,

 

derritiendo montañas de orgullos y de olvidos.

 

Hay que soñar, que en sueños se mudan los delirios.

 

 

 

¡Ahora es el momento!

 

Remonta hacia el cenit, donde el arquero iluso no te alcanza.

 

Imita al águila y ven conmigo.

 

Desde la cumbre todo es más bello.

 

¡Apura el paso!

 

No mires lo que falta, si no lo que en nuestra mente crece.

 

 

 

¡Rápido! Mira como abren ya los capullos de violetas frescas.

 

Sobre el puente en penumbra tu mano aún me lleva.

 

Siente resbalar la lluvia en las mejillas, es igual vida.

 

Vida y renacimiento.¡Corre!

 

¡Pon tu mano en mi  mano y ayúdame a sortear en la aurora,

 

la serpiente que el río contumaz enrosca.

 

¡Vuelve!

 

 

 

¡Mira como vuelan las palomas!

 

Apenas nos alcanzan.

 

El paisaje felino vestido de ternura viaja contigo.

 

 ¡Sube hacia la luz ahora!

 

Despréndete la blusa por donde circulan mis manos y espera.

 

Con rapidez inusitada se van las horas. ¡Espera!

 

 

 

Me gusta cuando vienes a mi con esa urgencia,

 

Detienes el tiempo en mi jardín.

 

Allí, diviso el colibrí apenas titilante

 

Y el aroma índigo de tu piel se cuela en mi portal.

 

Si te apuras me encuentras, esperando.

 

¡Apura!

 

 

 

Replica el sol como un tamborilero audaz, replicando la luna.

 

¡Sumérgete con ansias ahora!

 

Aún desnudos mis árboles florecen y un adagio murmuran-

 

Sonríes ingenuamente-¡Me gusta!

 

A veces tendemos a ser niños-a embrujarnos y ceder ante el instinto…

 

 

¡No, no te detengas! ¡Corre!

 

El invierno en los tejados despide golondrinas azoradas.

 

Y tus pies desnudos dibujan arabesco en la cama.

 

Nada es eterno, pero el alma llama al alma

 

y en la noche cetrina me contagias.

 

No, no quiero que te detengas.

 

Quiero sentir que tu alma envuelta en esa magia,

 

impúdicamente me atrapa.

 

 

 

¡Ven saeta ven! Como una elíptica parábola ¡Ven!

 

Pintando nubes, ríos y cielo ¡Ven!

 

En filigranas cual tajo hambriento de ternura hacia mis labios. ¡Ven!

 

Ahora entiendo esos temores que me ciegan, que me obligan.

 

 Igual persisto. ¡Ven!

 

 

 

Detente un minuto a descansar en mi barranca ahora.

 

En el poniente los ríos se desangran y

 

yo apenas soy un verso fugaz y golondrino.

 

Algo tenaz pero incipiente.

 

Recoge las guirnaldas de mi pecho y sueña.

 

Sentada en mi falda mirando el río.  ¡Sueña!

 

 

 

Sueña y vuela!

 

Repite con prontitud lo que me cuentan tus ojos de ciruela.

 

Háblame al oído con nostalgia de esneldos y risas de moreros;

 

Con sonrisas de tordos peleando por un beso.

 

Con esa algarabía que traen los recuerdos.

 

Luego, querida niña construyamos un nido sin inviernos.

 

 

 

Es lindo vestirse con urgencias y olvidar el reloj en la pared.

 

Hacer flama solo con la mirada y así volver a empezar.

 

Así como un torrente, que de las colinas bajas yo te veo.

 

Con saltos, con alegría, con echarpes de rosas y de cristal.

 

Luego …te rindes en mi orilla.

 

                                                           
Ese cimbreante acoso de tu cuerpo es la locura,

 

La delicada sensualidad que hoy me llega. ¡Te espero!

 

Brotando capullos de tulipanes blancos en mis dedos: ¡Te espero!

 

Libando miel azucarada de chañares: ¡Te espero!

                                                                                              

 

 Igual toma tu tiempo-escríbeme un poema, solo uno.

 

Una diadema azul, un lirio tierno y déjalo en el libro de mis besos.

 

Deja abierto el capitulo para un final incierto,

 

Donde narre la vida eso que hoy tenemos.

 

Espérame entre líneas…espérame un momento.

 

 

 

Dame la opción de quererte.

 

De trepar a tus nubes sin control,

 

vivir cada minuto como un final de cuento.

 

Con labios apretados y los dedos hambrientos.

 

Déjame decidir ese hermoso tiempo,

 

de abrigar esperanzas, que nos hable la voz interior

 

y querernos.

 

 

 

Luego serán otros los versos, de amor o de locura: no interesa.

 

¿Es la alquimia esta hija del deseo?

 

¿Por donde pasa el duende de los sueños?

 

Si, el polvo vuelve al polvo y nadie olvida,

 

Ni la razón me quita el embeleso…

 

Luego otro será quien robe los silencios,

 

Pero mi mano sedienta aún irá en tu cuerpo.

 

 

 

Te agitas tan ligera que me atrevo igual a perseguirte.

 

Tronando hastíos me levanto, pero tú no esperas y está bien.

 

No hay tiempo para esperas.

 

Es el vino fugaz que el cuerpo empapa y así te vuelves más ligera

 

Y así te quiero mucho más…

 

 

 

Es necesario entender ese minuto en que arde la piel y somos viento.

 

Cuando la carne es brasa y el corazón caldero,

 

plagado de esperanzas.

 

Esos minutos apurados en que tú eres fuego

 

y yo me siento viento.

 

Y me consumo así. ¡Y así también me renuevo!

 

 

 

Renuevo…

 

 y descubiertos al sol, la sal y el pecho abierto.

 

Donde anida un churrinche pronto paras elevar el vuelo

 

y arrimarse a tu ventana, llevándote consuelo.

Pues si abro mi pecho sabrás lo que te quiero.

 
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