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¡DESPIÉRTATE EN ENERO!
¿Dime si es cierto lo que dicen esos pájaros,
que vienen a mi puerta?
Hablan de ti de que me esperas,
que al final de la noche sin candelas,
pronuncias mi nombre a las estrellas.
¿Es cierto?
¡Deja de parpadear ábrete en luz!
¡Descubre la flor, nunca la niegues!
Mira el color, ese que el espejo no refleja,
pero que imprime de fiestas tus veredas.
¡Anda! Vente a aromar el cáliz en primavera,
con gotas de ilusión y de nobleza.
¿Dime en que rincón de tu alma me encuentro?
Me han dicho que ocupo tus hermosos recuerdos,
que a veces te niegas a sentir los verdaderos besos
y te sumerges pensando en los momentos.
En nuestros dulces y enteramente locos sueños…
¿Dime si es cierto?
Me han contado bajito que despiertas,
buscando en las paredes mi sonrisa.
Que te vuelves ligera cuando encuentras,
encriptada en tu almohada, en oro mi poesía.
Que me hablas y sueñas…
y aún alientas en tu almita de amor,
una porfía.
Me gana la ternura de tus ojos,
La sonrisa de sol cuando amaneces.
Lo que dices de mí y aún lo que no dices,
las manos enlazadas y tus besos.
El mohín de tus labios…¡Eso me gana!
¿Es cierto que deambulas,
encontrando una excusa para olvidar mis besos?
¿Que te mientes veranos indolentes,
para borrar las huellas de mi cuerpo?
¿Qué llevas golondrinas volando rumbos inciertos
y te alejas por cielos muy lejos de mis puertos?
¿Dime si es cierto que aún presientes mi mirada?
¿Que al sentir el vibrar de tu teléfono,
vuelves loco el corcel de la esperanza?
¿Qué te niegas sentir pero regresas,
aunque te dictan que el viento no da calma?
¿Acaso no lo sabes?
¿Qué soy viento que arranca las montañas?
¿Qué viajo en remolinos que no le importa nada?
¿Qué porfiando en la vida llevo un lirio,
incrustado en medio de mi espalda?
¿Acaso no entiendes que ante ti me vuelvo calma?
Tú has guardado la joya del cariño,
la llevas y alimentas.
Yo la enciendo en las noches y le rezo,
como a una virgen niña al despertar el alba…
Procuremos que viva, no renunciemos a eso tan bello.
Tú alimentas y yo enciendo solo con una mirada…
Elevemos la quimera,
aún es tiempo de siembras y alabanzas.
¿Sabes? Hoy encontré un jazmín pero pequeño,
bajo la lluvia acongojado pero abierto.
Dándome el perfume aún de a ratos,
como ese jazmín: ¡ Así te quiero!
Vos y yo podemos lograrlo…una noche,
tal vez un siglo, un siglo nuevo.
Denudarnos de pétalos decentes
Y nutrirnos de miradas y de aleteos,
Gozando esos minutos tan eternos…
Podemos soltarnos…
pero sabiendo que vamos a un encuentro.
Tú almibarada y tan Princesa,
Yo rudo y ajeno a la belleza.
Pero tierno y feroz, valiente a veces…
Con torpeza en las manos por urgente…
Necesito encontrarte una mañana…
Algo así como en un sueño.
Una hermosa visión en mi ventana.
Que me hables de ti de esos proyectos que guardas,
de los días gastados y las noches que tardan
en irse de tu almohada…
Necesito quedarme una mañana…
Necesito decirte lo que siento…
Volcar el cuenco de una vez y que no olvides.
Después habremos de llenarlo nuevamente,
con mil cantos de grillos, con tu risa
y con calandrias que vuelven a mi huerto.
Serán cantos de amor con aroma a leyenda,
con manos apretadas y el temblor en los labios.
Pues te encuentro y me encuentras,
pues te miro y me miras y es magia en el momento,
es tambor, fuego y viento….
Luego volveremos a ser libres.
A querernos igual pero en silencio,
Intentando callar los viejos ceibos,
las retamas y hasta el viejo asarero…
Hay que volver a creer, aún hay tiempo.
Creer que hay horizontes en la proa,
Vida tras vida esperando.
Que al destino se gana la partida
y al sonreír haremos el milagro.
Es tu rosa de enero y es la ilusión,
Que viaja en tu universo…
Es que el día llama a mi puerta
Y me encuentra la luz de tu palabra,
De lo que ves y que me cuentas.
De todos esos goces que atrapan tu mirada…
Y es la aureola que envuelve el iris de nostalgia
y te veo entre versos mi palomina clara.
Luego viene la calma y el río caprichoso,
Malgasta su melena contra el puente.
Y así abandono mi frente en tu vientre,
duna dorada de reflejos bermejos,
me envuelto por tus ojos trepo tus senderos…
Y enlazo tu garganta.
Te veo e insisto en alegrar el alma,
Pues sobran adjetivos y faltan las palabras.
Y me apuro en dibujar las flores más sagradas,
para pintar tu sien y así sentirte amada…
Y llego en punta de pie hasta el balcón de tu escote
y de tu sábana…
No quiero despertarte,
dejo que mi poesía se resbale en la cama.
Gota a gota, y allí se queda como ambar de sed
y de plegarias.
No, no quise despertar tu calma…
Invítame a beber en tus manos,
Quiero sentir la sensación de un beso.
Debo saciar la sed, esa del cuerpo
y mirarte a los ojos un buen rato…
¡Anda dame el agua de vida con tus manos!
Fue una noche especial…
Afuera un dios rechinaba los dientes
Y yo soñaba con tus besos.
Se que estabas allí, bien verdadera.
Dibujamos recuerdos y ensayamos misterios,
es la magia de ser y permitirnos vernos…
Busca la rosa y enróscala en tus dedos marmolados
y sueña.
Tu has dado vida, vida y milagros…
Besa a la aurora furibunda
y dile que yo la estoy cuidando.
Busquemos aferrarnos a la orquídea salvaje,
que porfiando mantiene esa belleza intacta.
Esa que trepa las ramas y que en oro amanece
con su verde esperanza.
La que bendice y clama por auroras sin trampas,
esa que ayer te dejé prendida en la garganta.
Ven a buscarme, restriega tu nariz en mi piel
y duerme en mi regazo.
¡No, no temas auroras!
Aliéntalas con tu sonrisa y vuela.
Hace tanto no vuelo…
pero en tus sueños igual sigo creyendo…
No apures la copa de vino, goza eso: lo infinito.
Detiene el tiempo al saborearlo y
haz que la lumbre empape tus sentidos.
Así siento y loco te gozo en mi delirio.
Busquemos el mensaje,
esa tenue oración entre los pétalos.
Guardemos así el verbo,
esa sustancia que nos brinda energía.
Aún es joven y tan frágil!
Pero en tus labios y en los míos vive…
¡Tan tierna, tan definida!
¡Y por sobre todo es muy inexperta!
Gui.
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