Poesía en acción
  ESCLAVOS DEL AMOR
 

 

ESCLAVOS DEL AMOR

 

 


 

Y nacimos esclavos oliéndonos las manos,

 

Para recordarnos.

 

Bebiendo en los manantiales de la piel,

 

aún naif creyendo en libertades,

 

por el simple hecho de querer…

 

 

 

¡Esclavos sin perdón así por siempre!

 

¡No importa el tiempo, ni el lugar, ni el vil dolor!

 

En un instante absueltos con grillos en el vientre,

 

y ese grito en los labios y aquel dulce candor…

 

 

 

Y somos esa mezcla latinoamericana,

 

De yerba verde altiva y dedos de carbón.

 

Con el cobre en la sangre y una mirada buena

 

y ese estigma fresco como viejo pendón.

 

 

 

¿Que buscamos ahora en el jardín florido?

 

¿Cual señal podemos liberar?

 

No importa si el río nos empuja,

 

prendido de una humilde brosa nos encontrarán.

 

 

 

Eso si, me asusta quedarme en la vereda, sin voz,

 

sin oídos y sin estrellas.

 

Ese miedo a crecer, a volar alto, a gritar de placer

 

y a ser muy bueno.

 

Son momentos de empezar aún con miedos,

 

abandonando esa piel sin más reservas.

 

 

 

Y vamos caminando uno a uno,

 

uniendo la sed queriendo ser…

 

La mañana me encuentra encendiendo cirios con tu nombre,

 

preso de vos…

 

Total si me libero vuelvo a soñar tu amor.

 

 

 

Ahora me dejo llevar por esa nube de algodón.

 

Mi mente va.

 

Tras de mi la bóveda celeste es pergamino eterno,

 

testigo mudo de mis desencuentros.

 

 Y en el absurdo con las manos vacías me he vuelto viento…

 

 

 

Un viento agreste tibio por dentro que lleva lluvia a los desiertos

 

y da semilla para los huertos.

 

Que besa mares, trepa montañas

 

y por las noches si tu lo quieres vuelve a tu cielo.

 

¡Vuelve contento!

 

 

Y así vuelvo a encontrarte en mi deriva…

 

A oriente la brisa empuja mi canoa hasta tus playas,

 

hasta tu falda. Y me dejo mecer escuchando

 

la flor que aflora en tus entrañas.

 

 

 

Son voces de juncos que el agua arranca,

 

De camalotales que airosos muestran sus crestas claras.

 

Grito de gloria que si me quedo se cuelan solos por mis barrancas.

 

 

 

Allí escondido del ojo adusto entre carrizos,

 

tiendo una sábana.

 

Cuerdas de flores trenzan colores,

 

en tu garganta y me desvivo en ser la mano,

 

que abre corolas en tu piel blanca.

 

 

 

¿Para que pensar que existen primaveras?

 

¿Dónde y por qué senderos discurrirá la vida?

 

Si a veces la afilada mano nos encuentra

 

y sin piedad nos deja sin quimeras.

 

¿Dónde encontraré los besos que aún salados,

 

me traen sin demoras las respuestas?

 

 

 

A veces te sueño a mi lado, viendo pasar las lunas

 

y los días.

 

Con el mate en la mano, compartiendo silencios

 

o discurriendo temas tan solo por hablar.

 

A veces te presiento…leyéndome tus notas

 

y otras veces callando, por ese simple hecho de mirar sin hablar…

 

 

 

Hoy me río de mí, de mis nereidas,

 

de ser inmortal y ser sincero.

 

De lograr la ilusión dominando el verso,

 

mientras gotean las lagrimas de los sueños.

 

Hoy me río de mí y es un progreso…

 

 

 

Busquemos la ilusión aunque se esconda,

 

En vericuetos de lodo y de espinas.

 

No, no he de temer si estás conmigo alimentando

 

El cielo de mis ansias.

 

No he de temer al Valle ni a su noche si tu mano,

 

alienta la esperanza.

 

 

 

Y llevamos airosos la marca, tinta y fuego.

 

Y en la espalda la sombra pesa un poquito más.

 

Pero son esos ojos cuchillos encendidos,

 

los que hieren y entre los dedos quedan las migajas de pan.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Son cadenas invisibles que ardientes me demoran,

 

pero creo en la flor.

 

En tus esporas que alegre diseminas para volver a amar.

 

Para poder sentir cada minuto forjando en tu sonrisa un desafío más.

 

 

 

Sobran palabras en el momento,

 

No hay que gemir, ni gritar y menos hacer un duelo.

 

Creía que era inmune a los silencios más mentía igual no temo.

 

Solo sé que  al pensarte en mi rincón callado,

 

me ganan los recuerdos.

 

 

 

Ya no guardo las penas en mis cuadernos.

 

¿Para que? ¿Para hacernos aún más infelices?

 

Vuelvo a sentir la brisa en las mejillas

 

y en mi pecho guardo las sonrisas.

 

Total soy hijo del silencio, del miedo y de la vida…

 

 

 

Esclavizados en el amor ya no es capricho,

 

cual mariposa azul quedamos mudos.

 

Hechizados tal vez e ilusionados.

 

Trenzando las miradas y respirando vida,

 

del único átomo encantado.

 

Así…

 

Llevo el cántaro dormido, cuajado de estrellas,

 

Pero ambulante.

 

Anoche pacté la alianza para verte

 

y derramé las gotas de tu sangre en mi pecho.

 

¡Total nacemos nuevos! ¡Nacimos libres sin pensarlo!

 

 

 

 

Gui.

 
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