Poesía en acción
  MIS POESIAS
 


POESIA: por consultas mail guibertu@hotmail.com

 
¡Vuela!
 
 
 
¡No te detengas amiga!
 
¡Vuela ahora!
 
Por la colina suben rojas margaritas.
 
Hay un tapiz de macachines indolentes.
 
Y en tu sangre explotan níveas estrellas.
 
¡No dejes que te atrapen !¡No los dejes!
 
¡Corre y defiende el fanal, que es lo que quieren!
 
¡Es tu luz la que niegan!
 
¡Que los muerde...!
 
Y ciegos van andando con sus miedos...
 
Tú vienes de la noche del silencio.
 
Del diario trajinar de larga espera.
 
De la madre- nodriza
 
y niña inquieta.
 
Que abandonó sus sueños de quimeras...
 
¡Mira! ¡Vente adelante!
 
Aún divisas los viejos senderos
 
y hay flores encendidas son las lágrimas
 
y azahares de ilusión en tus misterios.
 
 
 
Gui.


 
 
 
LIBRE
 
 
 
Los días transitan,
 
 alentando una primavera fecunda...
 
¡Apúrate!
 
Los pájaros comienzan sus vuelos nupciales.
 
Y en el torrente del arroyo,
 
 se van agotando sus pesares.
 
Allí por el camino polvoriento
 
suben las palmeras la cuesta...
 
Muestran su penacho indígena
 
 y te escuchan...
 
En la vera del camino
 
 los pequeños espinillos,
 
te soplan los aromas encantados.
 
Suave...misteriosa,
 
 has vuelto a posarte en las ramas de tus silencios.
 
¡Tal vez un poco más madura!
 
¡Quizás un poco más sincera!
 
Ya no podrá el arquero lastimarte,
 
pero hay barcas todavia en tu puerta...
 
¡No te detengas mirar por sobre el hombro!
 
¡No amor no te detengas!
 
¡Escucha y corre!
 
¡No dejes que te atrapen!
 
Este viento altanero que este día te descubre...
 
¿Sabes amiga? ¡También te alienta el vuelo!
 
 
Gui.


 

 

 

Niña

 

 


 

¿Que tienen niñas tus ojos?

 

 

¿Que cuando veo tu mirar,

 

 

se opaca del sol la estrella

 

 

y escucho el viento cantar?

 

 

 

 

 

¿Que es lo que dicen tus labios

 

 

en las horas que se van?

 

 

¿en esas eternas esperas...

 

 

 de azuladas soledad?

 

 

 

 

 

¡Yo se que tu cuerpo cimbra

 

 

como cuerda en un compás!

 

 

¡cuando imaginas los besos

 

 

de atrevida voluntad!

 

 

 

 

 

Llevas potros galopando,

 

 

 hasta quisieras volar...

 

 

y delfines en tu sangre

 

 

sueños que vienen y van...

 

 

 

 

 

Pero llevas niña hermosa

 

 

sol, canela y un rosal

 

 

y en la fragua de tus labios

 

 

que vino podrá libar.

 

 

Aquel que atrape tus ojos,

 

 

y que te sepa mimar...

 

 

 

Gui.


 
Amante
 
Se han detenido los días...
sin oropeles ni auroras.
Fuimos a buscar las flores,
esas del camino, abandonadas.
Desnudos y en tropel
logramos entendernos.
Tu queda y atenta a mis miradas.
Yo agreste y tierno a tus afanes.
¿Que historia traemos en las maletas?
¿Cuales encantos?
¿Y cuantos miramientos?
Al soplo de un silencio
jadeamos en las sábanas.
¡Y fue vida! ¡Sí! ¡Fue cierto!
¡Si guapa fue todo verdadero!
 
Gui.

DESATINOS

Las flores de las ceibas, guardan aún sus vívidos colores.
El río es un truhán que va cantando mis penas...
¡Va cantando mis desatinos!
¡Y mis distancias!
¡Canta el río compañero!
¡Canta también mis alegrías!
Ayer al borde de la oración,
te di un poco de mis sueños...
Te di un poco de mis añoranzas.
Y cantaste mi río: cantos al sol, a las ceibas
y a los brotes de mis desatinos.
Pues para amarte niña mía,
visto mis mejores brotes,
mis mejores flores...
Y también mis desatinos...

Gui.

 
DUDAS
 
La saeta vuela, hiende el aire
pero siempre regresa a la tierra.
Asi viaja el sentimiento en el espacio
 dejando copos de nieve en tu frente clara.
................................................................................
 
Veo la calle en tus ojos.
La larga espera y los silencios.
Igual que yo estas, siempre esperando...
En las paredes blancas
estampamos nuestras flores...
 
¡Hay tantas cosas que no hice,
 tantas que no te dije!
¿Alcanzará el tiempo de la rosa?
? El tiempo me dará para encontrarla?
¿Para decirle romances al oido?
 
Hay silencios…
Por las barrancas corren amores viejos,
acompañados de tulipanes nuevos.
Yo atrapo panaderos para verte,
luego los libero en silencio…
 
gui.

 
INSPIRACIÓN
Para Silvana....
 
¡No he perdido mi musa alejandrina! ¡No!
Solo que a veces no la escucho.
Ni si quieras las voces de su llanto,
ni el rumor de sus pies sigo esperando...
Es que a veces me olvido de mí.
¡Me olvido tanto!
Que me pierdo entre mares y agapantos.
………………………………………………….
Aquí en mi jardín están tus sueños.
Y así enredadas en mis paredes,
ahogando mis flores van tus manos.
Me sueltas, luego poblándome de aliento
 sonríes así, sonríes dando…
Que me muero y renazco en tu regazo.
Y muero nuevamente y luego… me levanto.
 
Gui.
 
SED DE AGUA
 
¿Sabes? Hay una luz diamantina recorriendo los senderos de tu cuerpo...
Una chispa azul, un arcoris.
Espera nacer una mañana.
Trae un mundo nuevo-fragancias, plenas de amor y de nostalgia-
¡Átomos de soles iridiscentes!
De nacimientos y muertes.
De mudanzas.
De ansias carcomidas de sudorosos lienzos.
Te impregnas de sed...¡Si! ¡Sed de vida!
 
gui.

URUGUAY-Río de los pájaros pintados.
 
Con sus escamas plateadas,
se despierta mi río...
Onírico, sensual y peligroso,
 se enrosca en mis barrancas.
Las crines de los sauces se me agitan,
 en la ribera encantada.
Es la brisa que llega.
 Trae el aroma salobre de las islas.
 
Él, erótico a veces me seduce
 en añiles y recuerdos de años viejos.
Entonces me resisto,
pero mi piel se eriza y se retoña.
Es que aún escucho su sonido
 en las cavidades y
me dejo llevar por las bandadas
de sus biguaes negros…
 
 
En retazos musicales,
 me llegan las voces de mis padres.
Mientras no dejo de mirar esa canoa,
 que lucha en tu espalda…
Y me lames los pies.
Traes tu espuma…
depositándome semillas de otras tierras.
Vestigios naufragantes,
  de Ingaés y de Ceibas.
Vestigios de otras vidas…
 
Gui.

DESDE EL BALCON
 
Penetra mortecina la luz por la ventana,
y se repite entonces en tus paredes blancas...
Se cuelan mil murmullos de la calle empedrada
Y vuelvo a ver tu rostro entre las sábanas claras...
El árbol-ese tu amigo- te besa en el silencio
y te envía un perfume y dice:¡Hasta mañana!
Es que tiene guardado un trino- enamorada-
que estará quietecito pegado en tu almohada.
¡No estás sola princesa! ¡Siéntelo en mi mirada!
En el soplo que llega y apura las pisadas...
Que parpadean las luces, y mueve una esperanza.
Cuando en la noche ves, esas sombras que pasan...
Esas sombras que pasan...
Sentimientos que pasan...
¡Furtivos y clandestinos susurros de esperanzas!
Que encuentran en la noche un manto de confianza...
Y en el balcón esperas...
¡Tu torre panorámica!
Ese nido de auroras de nostalgias y magias.
…Y te veo dormida, callada, quieta y mansa...
Esperando una mano que alise tus cabellos
y esa voz despacito que te diga: ¡anda!
 
Gui.

PALOMA DE MAR
 
 
¿Quien se atreve a cortar tus alas breves?
¡Ahora tus pistilos están maduros!
¡Narcotizas el aire!¡Lo presumes!
¡Atrapas mil miradas!
¡Atrapas celos!
¡Eres mujer!¡No detengas tu vuelo!
¡Arrasa sin piedad esos senderos!
¡Esos que un día cercenaron tus sueños!
¡Ve planta el timón!
El faro brilla allá en el barlovento...
Tus alas desplegadas seduciendo vientos,
que empujan, que someten.¡No tengas miramientos!
Son tus doradas manos las que besan a veces...
Las que huelo en silencio...
Las que admiro y pienso...
Que se trepan al muro donde guardo mis sueños.
Y me avisan entonces...que... ¡has vuelto!
 
Gui








 
POESÍAS NECESARIAS
DE
FIN DE SIGLO
 
 
 
 
 
AUTOR:
 
GUILLERMO BERTULLO SANTILLAN
 
 
 
2000
 
 
 
 
 
“En un principio Dios creó los cielos y la tierra. Génesis”






Dibujo de tapa e interiores:

Artista plástico Edgardo Cánepa

Artista plástico Mario Gonzalez Sosa

 

Trabajos del Artista Edgardo Cánepa

"DESPUÉS DE LA MUDANZA" y

GRUPO TERCER MUNDO


 
SIGLO I
 
Me entregaron la llave del planeta azul.
¡Si, éste que han pisoteado durante tantos siglos!
No hubo previo aviso.
Y así nada más, cobardemente se la dejo en las manos de mi príncipe.
No haremos ceremonias.
¿Para qué? ¿Para hacernos aún más infelices...
Yo diré solamente: tómalo hijo; luego nos retiraremos en silencio...
 
 
 
 
                                                            
           SIGLO II
 
¡Ay mi monarca intempestivo!
¡Desandaré el camino, te lo juro!
¡No habrá sólo una tierra prometida!
Tú y yo juntos cuidaremos el jardín de los planetas.
¡Ayúdame ahora, un poco solamente con mis necios sentimientos.
¡Ayúdame sí con el hambre violento!
¡Ayúdame con mis frágiles células!
Te juro que al final comprenderemos quién pare a las estrellas...
 
 
 
 
 
                  SIGLO III
 
Hay pequeñas rutinas necesarias,
me ayudan a vivir decentemente.
Pagar las cuotas atrasadas y ordenar las valijas...
Debemos conocer el régimen de cada pájaro...
Por lo menos sus principales gustos.
El día que muramos vendrán otros a depredar los restos.
Será el principio de algo verdadero,
y podremos por fin alimentarlos...
 
 
 
 
SIGLO IV
 
He buscado las huellas en los médanos,
allí donde están los cacharros y huesos de mis víctimas.
Desenterré los muertos de las ciudades perdidas,
pero no encontré las causas de mis miedos.
Al final ni siquiera las promesas incumplidas han importado,
 y uno a uno he roto los diez mandamientos.
Los he hecho más flexibles, más humanos,
por lo menos más acordes a mis necesidades.
 
 
 
 
  
SIGLO V
 
Después que caiga el último algarrobo creceremos nuevamente.
Saldremos de orlas diferentes con más miedo tal vez,
O más resueltos.
¡Ya no vendremos desnudos, ya no más nunca!
Otros serán los mercaderes.
Otros los dueños.
Ya no han de querernos así tan imperfectos.
Más brotaremos en sus vientres, en sus sueños,
 floreciendo aún entre las piedras.
  
  

 
 
  
 
SIGLO VI
Hoy tengo tantos Dioses insatisfechos
Que no me alcanzan las ofrendas.
Ya no giramos alrededor del sol,
los programas son los que pautan el calendario nuevo.
Al fin pude modificar las cuatro estaciones,
los equinoccios y las calendas;
realmente me acerco a la inmortalidad.
Pero se que necesito nuevos dioses.
Nuevas ofrendas...
Nuevos calendarios...
 
 
 
 
SIGLO VII
 
Hay cosas que no entiendo todavía.
¿Por qué las mariposas siendo tan bellas se pasean silenciosas
entre los árboles?
Ese canto alegre de las chicharras anunciando una muerte segura.
Y el afán del hombre por destruir los nidos.
No entiendo adonde va la tierra que se llevan los ríos,
y por qué le otorgué un valor enorme a los diamantes.
Tal vez llegó el momento que repase los apuntes que olvidé en las cavernas.
Así podré velar por glaciares y permitir que las montañas
Permanezcan inmutables...
 
 
 
 
SIGLO VIII
 
Fundimos las tablillas de la historia,
las empeñamos en un justo precio.
Ahora iremos a inventar nuevos idiomas,
y se volverán inútiles los astrónomos.
Inútiles estarán los poetas...
Inútiles serán los poemas...
Un segundo habremos de detenernos y escucharnos...
Si queremos avanzar... sólo un segundo...
 
 
 

 
  
 
 
SIGLO IX
 
Y descubrimos el amor absoluto multiplicando los panes
Y los hijos.
Luego vinieron los remordimientos y las agonías...
Luego los reproches...
Sobraban hijos y faltaban panes.
El planeta azul era otro planeta.
El hambre pudo más que mi príncipe...
Y el amor ya no es tan absoluto, ya no es amor.
 
  
 

 
 
  
 
SIGLO X
 
Soy lo que tu quieres que sea.
Una nave espacial a la deriva, pero aún llevo el timón.
Un pasado anárquico que brota y un gran sueño feliz.
Quisiera reciclar los sentimientos, mis sentimientos más viejos.
Hacerlos más sinceros, más auténticos.
No detener mi evolución, ni estar detenido sólo por necesidades básicas.
¡Quiero correr, volar, acercarme a las cuatro estrellas descubiertas anoche!
Igualmente te propongo que me prestes las tuyas.
¡Sube a mi nave espacial!
No tengas miedo, el camino que queda lo iremos descubriendo juntos.
 
 
 

 
  
 
 
SIGLO XI
 
No tengo estrella de David ni cedros en mi bandera,
No hay dragones vigilando nuestra puerta.
¿Crees en ese príncipe que duerme?
...................................................................................
¡No hay cincuenta estrellas en mi sueño.!
¡No tengo arcos de triunfo ni pirámides!
¿No existen vestigios en mis barrancas!
Todo es una joven confusión, de montes, piedras y agua.
Pero ello, lo poco: éste Río Uruguay, la plaza nueva,
Todo es nuestro.
¡Si no hay barcas que nos lleven no me importa!
¡Esta raza nueva, ésta te ofrezco!
¡Preñémosla de sentimientos buenos!
Con calandrias detenidas aún en los umbrales,
Y frágiles veleros en el puerto.
 
 
 
 
 
 
SIGLO XII
 
Este es el momento: ¡Ahora!
¡Corramos a ver que dicen los ceibos!
¡No es posible esperar, por la colina alumbran espinillos y madreselvas!
¡No te detengas ni un segundo!
¡No lo pienses!
¡No escuches!
¡No hables!
¡No murmures!
¡Construyamos ese nido nuevo, con piedras, barro y letras en desuso!
¡Perdóname no tuve tiempo para el canto, ni para vestir mis plumas verdaderas!
Pero sabes el príncipe está esperando...
¡Si ese pequeñito que duerme en la otra pieza...!
 
 
 
 
 
  
SIGLO XIII
 
Y llegarán las horas despiadadas del amor.
Iremos violentamente a encontrarnos en el lecho, mordiéndonos los labios. Lastimándonos.
Serán jadeos ambiciosos, vacíos de ternura. Mintiéndonos.
Pero obstinados y absurdos naceremos con el siglo prontamente.
Y volverán los pájaros a anidarnos nuevamente.
Reconstruiremos nidos y labios lastimados. Queriéndonos.
Verteremos lágrimas alegres. Verdaderas.
Ese susurro de las ramas, las nuevas miradas, las luciérnagas,
Ese será el nuevo lecho.
 
 
 

 
 
  
SIGLO XIV
 
¡Qué fácil es destruirnos!
¡Si amor que fácil es ¡
Nunca me detuve a pensar que era tan frágil.
Por los menos la carne y estos músculos.
Los nervios, las vísceras, tendones y huesos;
toda mi carcaza.
Eso puedo considerarlo prescindible.
¡Quiero que usen mi sangre si es necesario!
¡Vengan ahora tomen mis manos y los ojos!
¡Las uñas de los pies y la piel que para ustedes es materia prima!
¡Pero se los advierto, no toquen mi corazón!
¡Este ya tiene dueña!
............................................................................
¡Ven querida mía, ven!
¡Cuidemos esa flor que abre en el parque!
 
 
 
 
 
 
 
 
SIGLO XV
 
Ya vienen los escuadrones a buscarnos.
Harán siete ataques muy certeros dejándonos sólo los huesos relucientes.
No obstante esa frialdad son sus oficios.
Será solo un hecho decente bien auténtico.
Han de sembrarnos primeros en los ojos así seremos nido y alimento.
No me importan los rezos, ni los llantos, nuestra carne abrirá los capullos en el silencio.
 
 
 
  

 
 
  
SIGLO XVI
 
En la caja secreta guardamos las instrucciones.
Los códigos de acceso van impresos en las matrices de las nuevas     razas.
Quiero guardar el trino de los cardenales.
El viento estival que atrae el aroma dorado de los espinillos
¿Pero cómo atraparé esos instantes?
¿Cómo resguardar los aleteos menudos entre las flores?
¿Cómo detener el último minuto de este día?
El río, los añiles y tus manos de paloma.
Este minuto en que tus ojos reflejan, las barcas, los añiles, los silencios.
¿Cómo haré para guardarlos?
 
 
 
 
 
 
 
  
 
SIGLO XVII
 
 
 
Vamos cansados de éxodos, de desembarcos y triunfos.
Todos podemos anclar en el puerto elegido.                              
 Pero no hay descanso.
 No hay puertos.
 No hay renuncias.
 Cada uno porta un estandarte.
 Cada uno lleva su propio discurso.
El día que alimentemos al hijo de nuestro enemigo,
 no existirán más los éxodos.
 No habrá más discursos.
 
 




SIGLO XVIII
 
Aguardamos la señal en el cielo.
Así descubriremos la semilla de la cizaña,
para cegarla antes de que nazca.
Pero no somos gentiles.
No nos sentimos merecedores de la confianza.
Ya no seremos buenos por más que nos lavemos las manos.
Los pájaros están enfermos y los peces agonizan en las orillas.
La señal no llega...
 
 
 



SIGLO XIX
 
Fui capaz de dominar el átomo.
Cree nuevas vidas seleccionando razas.
Ya no importan los sentimientos.
En la luna de los amantes, dejó su huella un astronauta.
¡Pero necesito una nueva filosofía!
Alguien que nos hable de la materia sin alma.
Poetas de la nada.
Aquellos que no vean tus miradas lánguidas.
Que ignoren a los novios en las plazas.
Y habremos así de proscribir los besos.
Habremos de proscribir los sueños.









SIGLO XX
 
Pero señor, al final no puedo...
Necesito al menos una parábola.
¡Una que explique del hastío, que hable de justicia y esperanza!
¡Así volveré al lado de mi príncipe!
El no será ya un remordimiento.
¡Untaré sus zapatos!
¡Lavaré nuevamente sus cabellos!
Luego retornaré a mi rutina necesaria, a mi poesía necesaria.
La lluvia ya no será ácida.
Será solo un rumor que alientan los tejados,
mientras acopio melancolías y espero que mi cuerpo envejezca.
Y surgirá el arco iris dejando diamantes pegados en mi ventana.
Así dejaré que sus ríos recorran mi cuerpo.
Ella, ésta mujer y yo no haremos uso de la última barca.
 



 
SIGLO XXI
 
Hemos andado todos un día aciago.
Tus palmera crearon un anillo nuevo.
El sol aún está lejos de la tierra...
Crecieron millones de capullos en la pradera de mi príncipe
Y mis pájaros comenzaron sus últimos vuelos nupciales.
Pero nosotros dejamos solamente una indeleble huella en la ciénaga.
Hilvanaremos si, juntos la pared de nuestro nido; de nuestro nicho,
De nuestro abrigo.
¿Quién se atreverá a arrancar las flores desnudas de mi príncipe...?



TRIUNFO 1
 
Tengo conquistado el continente. La tierra toda es la colonia.
No hay tierras para devolver.
No hay colinas para tomar.
Todo es negociable y no hay nadie horadando las trincheras.
Ya no quedan ideas, fueron el último pago de la deuda externa.
Tengo el pasaporte, las visas, las maletas; los árboles han de gestionarse sus propios documentos.
Yo escribiré la historia a mi manera.
 
 
TRIUNFO  2
 
En el pórtico no habremos de arrepentirnos.
Todos seremos pecadores y justos.
Allí, en el badén no hay barro para los horneros. No obstante nosotros
beberemos del rocío así luego nuestra sabia alimentará los pichones.
Cada cuerpo servirá de escalón para otro cuerpo. Pendularemos en los
guinches hacia la barca.
De esta manera podrán saborear la fruta.
Los sobrevivientes tendrán un nuevo territorio.
 
TRIUNFO 3
 
En la bóveda se guardaron los trofeos: la libertad de conciencia y el honor.
Ya no serán moneda corriente.
Las legiones desfilan.
Los animales caminan orgullosos.
Es un buen plan.
Habrá una nueva pedagogía para mi príncipe. Una nueva instrucción de supervivencia.
 
 
 
 
             PREBENDAS
 
Rescatamos las últimas palabras de la hoguera.
Las queríamos aún en la Academia.
Matar ahora es sólo un descuido.
Cada sueño es parte de la encuesta.
Pero...las gaviotas combaten a la mancha.
Mis peces aún combaten.
 
 
 
 
Ha penetrado un resquicio de luz
por la frontera de mi cuerpo.
Llegó clandestino. Llegó indocumentado.
Se resolvieron nerviosas mis palomas...
Entonces yo afronto a mis temores.
Ellos afrontan sus miedos.
No dudan en crucificarme: en negarme,
negarme y negarme.
 
 
Nos despertamos llenos de dones y riquezas.
Somos Dioses y Reyes.
Tiranos y Emperadores.
Pero mi príncipe aún es libre.
Nadie, jamás, podrá atrapar sus duendes.
 
 
Las tribus están inquietas.
Entregan regalos y lloran en el muro.
Llevan las mejores vestimentas,
Y sacrifican a una novia nueva.
EL con un ojo de pájaro nos observa,
Nos tiende una mano pero nos observa...
 
 
Soy el inquisidor profesional.
El dueño de la trampa.
Por donde quiera que vaya me persiguen.
Me empujan y empujo por la única vereda que nos queda.
Cuando duermo me libero y ya no huyo.
Me detengo y escucho.
Alguien me atrapa.
 
 
Ellos no conocen los senderos,
Esos que hurgan los recuerdos.
No ven mis pájaros volando.
No pueden ver los gajos luminosos,
Esos que en nuestra ventana abandonan las estrellas.
No pueden escucharnos.
No escuchan esa música que ensayan tus delfines.
Marchan así ciegos los Jefes.
Por eso podemos disfrutarnos.
Tramar sueños y proyectos.
Estamos aquí junto a la almohada de mi príncipe,
Con mis pájaros susurrando a tus delfines.
 
 
¡Detente a ver la flor en las acacias!
¡Vamos allí a la sombra umbría!
Quiero escuchar la risa de mi niño.
Quiero escuchar sus pensamientos.
Volveré hasta mi río y a tus montes.
Mientras tiñen de añiles los veleros.
Puedo dormirme en tu regazo y dejar que me protejan tus barrancas.
¡Puedo escucharlos, al fin puedo escucharlos!
 
 
 
 
 

 
 
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