LA NOCHE

Una noche de amor, solo una noche…

Empaparme de lunas y luceros.

Oír  tu voz flotando en la penumbra,

y en la sábana blanca escribir estos versos.

Una noche precoz, sin retaceos,

con miedos e inocencia en los benditos besos.

Que al abrir los pétalos desnudos,

me entregues el néctar de tu adorado cuerpo.

Tantas cosas tendremos esa noche,

Que de pensarlo, río, corro, vuelo.

Enciendo cien candiles para verte

o para estar allí mientras te duermes.

Te observo y me detengo en tu semblante.

En la música muda de tus labios

y en el rincón del cuarto me libero,

a soñar con orquídeas y vinos viejos.

Construiremos ese nido nuevo-

Con mis plumas, tus uñas y mis dedos.

Un lugar para amarnos y guarecernos

y gozar los trinos del invierno.

¡Será eterna la noche, pues así queremos!

Noche azul o esmeralda, de topacio en los ojos,

ágatas, plata o silicornia…

Que importa si tu bretel de fuego

se enciende con mis manos

calladas y en silencio….

¡Que delicia sería!

Estar allí descubriendo momentos.

Lo simple de la vida verlo con los ojos despiertos-

Con romeros y besos.

Entre violetas y cielo.

Sin escuchar murmullos,

esos sonidos incongruentes de la calle sedienta.

Que vigilan tu casa y rondan por mi puerta.

Y me abriga la noche y me calma tu cuerpo.

Ahora puedo declararme vivo,

Mundano pasajero.

Leyendo en tus células ese futuro incierto-

Y la aurora no llega.

No importa gocemos el segundo,

Este instante de luz que nos permite vernos.

Que nos encuentra así entretejiendo besos…

Mira las palabras colorida,

por  las noches mágicas cuelgan en el aire.

Su música derretida y energizante nos empapa…

Deja la sábana dormida.

Tendremos para admirar:

 las corolas de sangre de besos encendidos

y leños que muriendo que,

nos dan un último cirio.

¡Mira por la ventana!

 ¡Se cuelan hilos de platas de esta luna de junio!

¡Corre! Ven a descubrirlos dibujando en la pared,

lunares de misterios.

¿O son tus ojos los que imprimen gotitas  de luz

en la penumbra?

¡No! Son mariposas que sueltas de tu pelo

y airosas se difunden.

Volvamos a ser niños-¡anda!

Vistámonos de risa.

De viento en las costillas y los pies ligeros.

Me gusta la chispa grana en tu pupila-

Trasmite tu silencio y me seduce aunque no estés despierta.

Me gusta imaginarte así impúdicamente-

Solo para mi-moderna.

Despojada de años y vergüenzas…¡libre!          

Leamos un buen libro con la luz marchita…

Te invito a disfrutar de esas historias.

De espadas y batallas, de relinchos y miedos.

De romances perdidos y clandestinos besos.

Quedarnos en la vorágine de encuentro y desencuentro…

Mientras la luz se ciega inventemos un cuento…

Es la cotidianeidad, las simples cosas que extrañamos a veces…

¡Que nos muerden!

 El mate calentito, la vela que se duerme,

mientras aprieto tu mano con mi mano.

Y detengo el reloj y ya no me pierdo.

Pues sé que estás allí en mi universo…

Que paz…es el sereno andar y llegar al final del camino.

La noche trae esa nostalgia,

 volviendo a revivir aquellas rosas.

Esas que aún florecen en mi mente y

 sé que están plantadas en tu cuerpo.

¡Rosas de otoño que igual son rosas!             

No, no hay aves en el recinto-

Por lo menos no corren por el patio.

Se han dormido esperando.

Me tienta espiar sus sueños-y los tuyos.

Dibujar y aromar las utopías,

Lego quedarme a vivir en ellas…

¡Quedarme a vivir, cuanto lo ansío!                

¡Vivir!-¡ esa la consigna!

Somos un barco cargando vidas-buscando puerto.

Oteo un faro entre la niebla-

Lo escucho. Y te veo sirena al naufragar…

Y vuelvo a vivir entre sales y espuma. ¡Vivo!