Poesía en acción
  DIVINA POESÍA
 

 

DIVINA POESÍA

 

¿Adivina que hay escondido en mi pecho?

Algo agreste, de tajamares viejos y molinos nuevos.

De allí donde el tapiz se llena de nostalgia-

De allí traigo un secreto-es una flor.

Algo distinto, de costra dura y de colores tiernos.

Algo que no daba hace tiempo…

 

Atrévete a soltar palomas de tus manos.

Que sean ligeros tus pies y el beso fresco.

Anímate a lo nuevo del cariño a dar y recibir,

Sin las excusas.

A morirnos sintiendo, a sentirnos frágiles,

 por el simple hecho de sentir…

 

Atrévete a mirarme y a mirarte,

Con urgencia en la voz y sin desvelos.

A volar en sueños y a libar auroras,

 Mientras por las calles transitan las horas…

Yo pondré cuidado, vestiré sin miedo.

Para así cuidarte y amar tus silencios.

Y cuando la noche me vista de gloria…

Quedaré en tus ojos y en tus brotes tiernos.

 

Atrévete a volar, a ser auténtica.

A dar sin esperar pero sin miedo.

A buscar la mirada, el beso cómplice.

Y guardar en la almohada los sentimientos necios.

A ser golondrina, flor de azúcar, cielo…

A elevar candelas en mares y desiertos.

 

Te quiero así ondeando en la colina-vivaz y alegre.

Aventando pesares de la mente.

Recordando ser tú, no lo que otros quieran.

Y volviendo a nacer en cada oriente.

Pues la vida no espera…

Y es tan solo vivir-no olvides eso.

Es la magia divina que,

Encontramos detrás de cada puerta.

El misterio o la suerte de tenernos

 en el instante breve de este universo.

¡El soplo de ilusión…no olvides eso!

 

 

 

 

 

 

Hay que volar amiga mía!

¡Con el hambre voraz en cada vena!

Sentir la piel, el aire, la mañana

y esas pequeñas gotas de diamantes

escurriéndose por la espalda.

Total la lluvia nos libera…

Y su música nos enternece el alma.

 

Y después todo será un susurro tan lejano…

Los besos, las miradas y los “te quieros”.

Un algo que fue y que se ha ido dejándonos un dejo de nostalgia.

Eso que a solas nos hará sonreír al recordarlo.

Cual gorrión en manos de una niña-que vuela y al volar:

También se queda.

 

Podemos festejar el día; el encontrarnos.

La dicha de saber que estamos vivos.

Los eternos silbidos y los lamentos,

 de las fresias dormidas en el pasto.

Con el semblante rosa, siempre tú.

Queriendo la vida y dándome aliento,

aliento de arándano:¡Siempre tú!

 

Podemos hablar de alegrías, de tristezas

 y todo sentimiento que a veces inunda el alma.

Pero mi alimento, esa sustancia que nutre y amamanta;

esa no cambia.

Y hace fértil desiertos, mueve montañas,

Construye versos, anida y canta.

Por eso estrella, cuando amanezca no te distraigas,

Aventa penas y aunque sea otoño:

¡anida y canta!

 

Yo, me llamaré a silencio cuando todo termine.

Eso si exigiré de vueltas mis “te quieros”,

Los besos, las miradas y tu sonrisa.

Pues fueron para mí y en mi se quedan.

He de pedirte hasta el más sutil de aquellos pensamientos

Que nacieron por mí y en mi deseo.

Y luego, desfalleciente…sabrás quizás mi último misterio…

 

Igual todo es poesía.

¡Una encantadora poesía!-¡aprisa!

Hay un senderito entre gramíneas dormidas…

¡No, no detengas el paso!

Escucha en tu frente el tan-tan

y así al despertarme muerde mi mano.

Escóndete en mí ahora y dame tu aliento.

La hogaza está fresca y en el dintel un sueño espera.

 

 

Espérame pero ronda mi ventana.

Echa andar la piedra del molino y juega.

No te dejes ganar por el cansancio-adora la flor.

La esperanza camina por los pretiles

Y por las noches me vuelvo canción. ¡Espérame!

 

 

Gui.

 
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