Poesía en acción
  QUIERO ENCONTRARTE -POESÍAS
 

QUIERO ENCONTRARTE

 

Y me vuelvo huérfano de besos…

Con el junio a nacer, siempre me vuelvo.

El fluor de tus ojos me despiertan-

Pues están allí en la carretera,

Detrás de un árbol en la cinta negra,

que cansado en la noche me devora.

Pero tus ojos de luna titilante,

son mojones que siempre me custodian.

 

Y no somos tan distintos-estrella y universo.

Al virar en la noche de melena negra, te veo.

Hay escarcha en tus pies y volcanes hambrientos en tu cuerpo-

Envida y candor. Armonía y viento.

Y si me lo permites…

yo seré halcón planeando por tu cielo.

 

Y sigo oradando el cielo-

en mi búsqueda tenaz me vuelvo ciego.

Quizás también por bucear por dentro.

Esas ganas de ser y de sentirme bueno.

De vivir esa intangible dicha de recuerdos-

De vos, de mi, de todos nuestros sueños,

mientras el mundo se queda sin misterios…

Igual sigo oradando tu cielo.

 

Ya no hay primaveras y el invierno,

 señor del tiempo se precipita en mis cuadernos-

aunque no creas, aún vuelo.

Igual me animo a pisotear senderos.

Más frágil tal vez y tan resuelto…

Lleno de azúcar mis cabellos negros.

Entiendo, siempre entiendo

pero vuelvo a repetir mis yerros.

Y aún por ti desbocan caballos en mi pecho.

 

¿Que más quieres florcita de ciruelo?

Te miro y en ti veo el nacimiento de esas estrellas-

Chispas de luz que me guían por las noches.

¿Importa el tiempo o la distancia?

¡Déjame libar estos minutos!

¡Déjame alumbrarme con tus besos!

Si me pierdo ya vendrá otro a perseguir tus sueños-

Otros más capaces escalonando sus pies sobre mi cuerpo.


Seamos invisibles y sin miedos.

Vistamos helechos y duraznos-

Buenos, siempre buenos.

Que en mi piel florezcan tus manzanos

 y en tus ojos germinen crisantemos.

Buenos siempre buenos!

Reciclando pesares y deteniendo el tiempo.

 

Pues me gustaría encontrarte en el recodo del río…

Donde incipiente nacen caracolas.

Entre las ceibas sangrantes y

el zumbido adormecedor de alegres mangangaes.

Allí donde el dorado se vuelve oro de estrellas…

Allí quiero encontrarte.

Desnuda y latinoamericana-

 

¡Así quiero encontrarte!            

 

A veces soy chañar agreste y aromado-

Ubajay orillero o mburucuyá.

Algarrobo umbrío dándote sombra

o clavel del aire, en ese chal-chal.

Tu eres un mantillo y yo tu alimento,

Guardando el secreto como ñandubay…

Pero por tus besos de amapola herida,

me vuelvo calandria: canto y libertad.

 

¡Ay! Si pudiera ser río en tu falda-

Torrente y arena aurífera en tus playas,

alimentar raíces de lantanas

y arrojarle flores a tus barrancas.

¡Ay! Si volviéndome agua pudiera limpiar tus lágrimas-

¡Y así, estampar auroras en tu cara!

 

¡Ay! Si pudiera ser pájaro a tu lado.

Construyendo nidos y posando en ingáes,

Silbando bien fuerte hasta en el estío.

Girando y girando…

Planeando en tus ramas…

Y cuando me mires ofrecerte mi alma,

Mis plumas, mis lunas…hasta mis nostalgias.

 

Y entonces volemos juntos-peregrinos del aire,

Buscando nuevos rumbos.

Inventando historias, reciclando vida.

Sembrando sentires,

Cosechando amores y encontrando gloria.

 

Volemos muy juntos, a donde nos lleven tus alas y mi aire…


Porque eres esa mujer soñada-alegre y resuelta,

Llena de dones. Elegante avanzas-

¡Bella y tan diáfana!

 

Donde tu miras el sol amanece y la nostalgia 

Se cuela en el parque…

En las flores que envidian al paso tu dulce fragancia.

 

No, no vamos a cambiar!

Seremos inmutables como el cielo.

Arco iris quizás-arena y viento.

Mudaremos algunas de las plumas,

 para hacernos un poco más perfectos.

Pero seremos así inmunes y sinceros,

Guardando en la matriz la magia de este sueño.

 

                            

Quiero contarte algo…

Anoche aprendí a quererte.

A mitigar tus ansias y a escucharte-

A inventar caminos y a saltar desiertos.

A creernos buenos por solo tenernos,

 con el hambre ciego de los sentimientos-

anoche fue noche de nuevos misterios.

 

Ahora se pátina la calle, las hojas, los autos-

Llora la noche.

En la vereda los espejuelos líquidos abren- te añoro…

Y en esa añoranza me refugio,

Así te acerco a mi ventana.

Escucho entonces lo que grita mi corazón y así amanezco.

 

Te pienso-recostada en mi-palpitante.

Afuera el embrujo: la noche y la jauría hambrienta e inquietante.

Pero estás aquí en cada uno de mis pensamientos.

Y así te atraigo y así me llegas.

 

¡Volando siempre llegas!          

 

Guárdame en un rincón de tus mañanas,

Junto al viejo reloj y tus lavandas.

Quiero estar en tu tiempo y en tus aromas,

Brindándote una nota de nostalgia.

Pero quiero ser luz, poesía, pan y agua…

Y en esas alboradas…

Ser la chispa vital que te despierte el alma.

 

Así cada día busco la mirada…

Recorro el universo para encontrarla.

Y me cuentan de ella las estrellas que,

 vienen a mi patio agonizantes-blancas.

¡Y me hacen feliz!

Saber de ella me enamora.

Y se vuelven pájaros las auroras

 

 y canto de delfín mis ansias locas.             

 

Que hermoso día-contagia y nos invita

a saborear el néctar del jardín.

Y somos pájaros de pechos descubiertos,

 embriagados y sueltos-

Alegres y tan diáfanos…

Ingenuos y tan frágiles, coloridos y prestos.

¡que lindo tiempo!

 

Y así adivina mis necedades y quiéreme igual-

Acepta mis inconstancias y esos miedos negros que,

sangran el alma.

Adviérteme si por esas urgencias, me olvido de tus nuevas rosas

Y de cada una de tus añoranzas.

¡Por favor adviérteme!

 

Gui.

 
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