Poesía en acción
  AURORA EN NIEBLAS
 

 

 

AURORA EN NIEBLA

 

Aurora en niebla…

Me regreso.

En la senda te pienso y me detengo.

Recuerdo tus pétalos de fuego,

la magia de vivir y esos silencios.

Ese color que veo en la piel y no los miento…

Que no niego, ni olvido aún en la niebla del sendero.

 

 

Vuela gaviota coralina,

disfruta los paisajes, los encuentros.

Los hijos del amor y los amigos,

Aquel eterno afecto que ganaste

Apostando a la vida con sonrisas…

 

 

Hoy te he visto nacer en cada beso,

en el abrazo intenso,

en el calor humano,

con los ojos nublados,

con el apretón de dedos…

Con esa vocecita que trepa tus jardines

y te sopla al oído…

Aún tenemos tiempo…

Aún tenemos tiempo…

 

 

Regresa flor y  cuando regreses…

Vuela y en ese vuelo encuentra aliento.

Yo he de encontrarte…

 Entre el hambriento cielo y los silencios.

Si me permites…vida.

He de encontrarte.

 

 

Ya no temo al dolor, ni a las quimeras.

Me he  vuelto caminante, viento y agua,

a veces soy la flor o tierna estrella,

pero vuelvo a nacer sin primaveras.

 

 

A quedado un hilo de ilusión en tu tejado inquieto.

Apenas una brizna de luz que ahondando las sombras

alumbra los senderos.

No, no puedo gritar, es solo un haz…

Que aún porfiado se cuela en los recuerdos.

 

 

Y vuelvo en puntas de pies a recorrer tus playas…

Ya no más inocente, pero alegre y resuelto.

Con la sangre cansada, con hambre de querer…

Sintiendo en cada paso esa  mirada…

 

 

Ven recuéstate en mi pecho

y escucha esas auroras que incipientes vuelven.

Ven, aún doran trigales en mis veredas…

Y en las praderas anidan las luciérnagas…ven.

 

 

No te detengas ahora.

Escucha la noche, al río, a tu propia sangre y sonríe.

El gélido invierno nos tuerce las manos pero aún brillamos.

Aún guardamos en el pecho aquella eterna magia…

Aquella infantil mirada….

 

 

Llueve lentamente…

Yo pienso en el lirio iridiscente de tus ojos.

En las ceibas en flor y en mis nereidas

que navegan en llantos de la tarde

Y regresan borrachas de ilusión…

Llueve…

Ellas se nutren de silencios…

 

 

Despierta golondrina…

Afuera la lluvia diamantina golpea mis cristales

y tu dormitas…

Despierta amiga mía y llévame en el sueño de tu vuelo,

en tus alas de viento y en tu pecho de fuego…

¡Llévame!

 

 

 

 

Quizás hoy despiertas primaveras;

ilusiones que vienen a mi almohada.

Vuelan por ti mis avecillas

y en sus picos de plata se nutren mis mañanas.

Hoy he vuelto a encontrar tu aromado rocío en mi ventana…

 

 

 

 

Ahora descansa…

El sol primaveral tiende azahares en tu cuello de cisne

y en tus ojos enciende fanales y rosas nuevas.

La luna de agua aún necesita auroras de setiembre…

 y yo  añoro…La delgada líneas de tus manos blancas…

 

 

Descansa. Tu colina sensualmente se cubre de rosados,

de margaritas, de fresias y naranjas.

Es el ruido estridente de tus flores que augustas me defienden…

Descansa…

¡Aún hay oros en tus malvones bravos!

 

 

Lluvia de primavera encantada, jovial y bienhechora.

Ven que te espero, con mis pétalos nuevos,

con mi piel sedienta y mis labios tiernos…

Eres tú mi lluvia temeraria y bella

y te busco un  día bajo las estrellas.

 

 

Te encuentro prendida en el jazmín de mi ventana

Mientras la llovizna te envuelve de nostalgias.

Hay vida e ilusión, tiempo y esperas…

Hay una aromada hortensia en tu mirada

y un conjuro de amor en las palabras.

 

 

Recuerda mi jardín, las flores necias,

Ese aroma a la hierba cegada

Y aquella ave tenaz en la mañana.

Recuerda el silencio y el grito de los grillos

Y aquel haz de luna que en tus ojos flotaba…

Recuerda…

 

 

Adivina que…

hurgando en mi universo

Encontré la estela de tus labios.

Fue un destello fugaz de hambre y fuego.

Esa chispa vital que engendra vida…

Y estalle en mil hogueras,

Que desata, que atrapa y engulle las palabras.

 

 

Aprovecha la brisa en la escollera.

Sube velas al sol, que al norte empuja.

No derroches las ansias al encontrarme e imprime la emoción del corazón.

Soy puerto, soy estela…soy estrella

Y en tu barca de plata, sombra soy.

 

 

Hay algo en vos…

Quizás en la mirada,

 que reina aún entre el vuelo azul de la nostalgia.

Algo al voltear la frente resuelta en el trajín

O al cruzar por mis ojos sin nombrarla.

Algo hay en ti al caminar. En tus pies,

En tus manos y ahora que te pienso…en tu falda…

 

 

Ahora entiendo los silencios…

Disfrutando el perfume de tus besos los entiendo.

Al aroma sutil de tus deseos y mi alma palpitar en un encuentro…

Ahora recordando tus ojos los entiendo.

 

 

Hay un pedazo de  luna en mi universo,

Una estela fugaz aunque ligera.

Es que el diente atrevido de mi noche se hincó duro en tu vientre de luciérnaga…

¡Es cierto, es verdadero, pero verano o primavera no te ncuentro!

 

 

 

 

Adivina que…

Esa llama me devora y me consume.

Recorre sin piedad mis horizontes y gime

Vuelta lava de acero en mis entrañas.

Solo tú, con el cáliz contienes se fuego

Y vuelta hiedra me expandes en el tiempo…

 

 

Aprovecha la lluvia para el viaje,

la energía sutil, la blonda estela.

Corre, vuela y alienta sueños nuevos

Y atrapa la ilusión del corazón.

No, no esperes los regresos,

Invéntate y alumbra con el sol…

 

 

Autor : Guillermo Bertullo Santillán

 
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