Poesía en acción
  UNA FLOR-POESÍA
 

 

 

UNA FLOR

 

 

 

A vos te hablo flor…a veces grana,

 

Dueña  de ti, serena y breve- tan exótica.

 

Desparramas ese aroma dulce y me embriagas…

 

¡Y te veo así y no me resisto! Para que? Me haces feliz al existir.

 

Y en el bermejo canto de tu corola de seda, me duermo pensándote….

 

 

 

Me imagino tu mundo. Visitada a veces por un pajarillo.

 

Lozana y fecunda…Enfrentada al viento,

 

Tan bella y resuelta. Así te vi yo naciendo en mi huerto.

 

Con la piel más fresca, sin los miramientos de viejas estrellas

 

y con la ternura intacta de una virgen niña.

 

 

 

¿A que hueles? Dime! A frescas lavandas?

 

¿Cual es ese aroma que hierve la sangre y

 

despierta embrujos en mis madrugadas?

 

¿Que hechicero mágico mezcla en el caldero

 

la vida y la muerte?-eso que me atrapa.

 

¡Ese aroma tuyo que conquista el alma!

 

 

 

Gira tu corona y admira los seres que en mi huerto habitan.

 

Los níveos alisos y las mil violetas-son mi compañía,

 

en las horas tiernas.

 

Admira el hibisco y el jazmín del cabo cubierto de hielo

 

pero sin recato. Aquellas orquídeas y los pensamientos-

 

Ya no estás tan sola flor de caramelo.

 

 

 

¡Gira, gira y gira!

 

¡Encuéntrame vivo!

 

En la helada hambrienta con su piel lobuna-

 

¡Voy queriendo verte!

 

Ahora con más canas,

 

ahora más resuelto,

 

ahora con el fuego flotando en mis dedos.

 

Y lamo tu cuerpo, transito la orilla del tallo desnudo.

 

Transito locuras que no están escritas….

 

 

 

¡Déjame dormir mi flor de nostalgia!-

 

¡Así puedo verte! Inhiesta y mundana.

 

Deja en el camino a mi casa, el sutil perfume de rosa y lavanda…

 

Y en mis labios deja un gusto a naranja, a rocío fresco, a hierba silvestre,

 

A miel derretida  y a beso de nana.

 

 

 

¡Que lindo néctar!

 

¡Que lindo es contemplarte, sin miedo al que dirán!

 

Así, sin reservas volviéndome rama de tus ramas.

 

Alentar al soplo gélido a mecernos, unidos prendados y alegres.

 

Luego vendrán las golondrinas y les permitiremos curiosearnos…

 

 

 

¡Qué explosión de color brinda el tapiz exuberante de tu cuerpo!

 

¡Ábrete ahora que el sol derrama oro caliente en los senderos!

 

¡Ábrete!

 

Para recordarle a las monarcas el camino a casa.

 

¡Suspira y ábrete!

 

 

 

Y me quedo quieto aspirando vida.

 

Queriendo perderme en el follaje austero que elevan tu cuerpo.

 

Nadie es para siempre-susurran tus miedos.

 

Pero me resisto y sigo viviendo…con tus dulces besos…

 

¡Así yo sigo viviendo!

 

 

 

¡Que más da flor mía! La vida es un instante.

 

Hagamos que valga la pena vivirlo. ¡Corre, toma mi mano!-

 

Así vale empaparnos los pies; cada uno  conservando la raíz.

 

Te invito a esos minutos que estampan mariposas en la piel-

 

Esos tatuajes imborrables.

 

Descifrándonos-adultos pero increíblemente niños…

 

 

 

 

 

Niños inciertos quizás-tan verdaderos.

 

Mezquinos e indolentes al extremo,

 

queriendo atrapar la luna con  las manos.

 

Quizás ilusos y un poquito tal vez insoportables, pero alegres.

 

Yendo desnudos a escribir mil versos con el alma.

 

 

 

Me gusta verte alumbrada.

 

Este sol que se cuela entre mis ramas también te abriga.

 

Hay chispitas irisdicentes en las gotas de rocío que se resbalan por tu cuerpo-

 

En ese tul amado.

 

Esa piel que huele a encuentros y desencuentros.

 

Esa piel que huele a besos, pero que igual guarda la chispa de mi cuerpo.

 

 

 

No importa flor de mis sueños-que el invierno no me de hoy un respiro-

 

Igual te veo en mi mañana.

 

Igual te pienso, lejana, tan lejana pero abierta.

 

Esperando la mano atrevida que te lleve buscando un nuevo puerto.

 

No importa, ya no importa;

 

le daremos pétalos de arroz a los olvidos…

 

Y en mis labios siempre habrá alimentos y recuerdos…

 

 

 

 

Gui.

 
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